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Trajes Tipicos

 

Traje de Intibuca

El vestuario más representativo que Honduras ha considerado, es el traje de Intibucá, más conocido como el de “manta”, que aún conserva rasgos de influencia europea.

Confeccionado de manta blanca con ribetes de colores chillantes en medio dela gola, el pecho, los puños de las mangas y en las enaguas.

Traje de Cacautare

Recopilado por los Niños de escuela Proheco, del municipio de Villanueva, Cortés

Traje Criollo de Linaca 

Es el traje típico colonial, confeccionado en tela floreada y vistosa. Escotado, lleva gola y vuelos de un mismo color, con este traje se bailan danzas como la varsoviana, las cuadrillas, el callado, la mazurca, otras.

Traje de Campesina

Este vestido se usa en casi todas las regiones de Honduras, lleva trencillas de diferentes colores en el borde de la gola, en los vuelos de la enagua y en las mangas de la blusa, con las costuras externas, lo complementan los caites y las trenzas con adornos.

Camisa kaki, pantalon azul ó blanco, faja al cinto de donde cuelga un machete envainado con adornos. Pañuelo al cuello, sombrero de junco y caites.

Costumbres

 

Honduras es un país multicultural y multirracial. La composición étnica de Honduras sería: 1% blancos, 2% negros garífunas, 6% indígenas y el resto de la población es mayormente mestiza.

El censo Cultural de Honduras identificó 1,496 manifestaciones culturales en 200 municipios de los 18 departamentos que forman el territorio hondureño, subdivididas en 1,300 manifestaciones populares tradicionales y 196 manifestaciones contemporáneas.

Este conglomerado de grupos raciales o étnicos es lo que finalmente contribuye a la riqueza de la cultura hondureña.

 

LAS FERIAS

El mestizaje dejado en el país durante la Colonia, se continúa con migrantes de otras latitudes como: palestinos, árabes, chinos, alemanes y más recientemente japoneses.

Podemos además contar con la presencia de ocho grupos étnicos de origen indígena, negro y blanco, que se localizan a lo largo y ancho del país y que nos muestra una interesante cultura expresada en artesanía y folklore.

Al hablar de costumbres aquí en nuestro suelo, es referirse a lo que hacen los pueblos para mantener vivas sus creencias, sus participaciones religiosas, supersticiones y formas de hablar.

Lo que se mantiene casi intacta es la costumbre de celebrar las ferias patronales. Cada ciudad, pueblo y aldea del país revive todos los años su tradicional feria patronal en honor a su santo patrono.

Los pobladores de las zonas rurales se suman a los de las urbanas. Disfrutan de las jornadas taurinas, palo encebado, el toro fuego, carreras de cintas, de caballos, del burro, encostalados, concursos, competencias deportivas, jornadas literarias y más.

Aunque todas deberían tener la proyección que merecen, suelen contar con mayor cobertura publicitaria la Feria Juniana en San Pedro Sula, la de San Miguel Arcángel en Tegucigalpa, la Isidra en La Ceiba, el Festival del Maíz en Danlí, el Festival de la Papa en Intibucá, entre otros.

 

MÁS ATRACCIONES

En San Marcos de Colón, las jornadas de toros son la atracción de la feria, por la valentía de sus toreros y la calidad de sus montadores.

En Olancho se ha vuelto una tradición la bebida típica conocida como “vino de coyol”, extraído del árbol del mismo nombre que, tomado en exceso, desata hasta el más triste. Muchas veces con resultados lamentables.

No se ha perdido la tradición. También aún se practican los “guancos” o “guancascos” en muchas comunidades ¿De qué se trata? Es una de las viejas costumbres heredadas de la Colonia que sirvió para mantener viva la amistad de pueblos vecinos. Ligados por vínculos tradicionales.

Esta celebración también se le llama “Paisanazgo” que en lengua indígena significa “Pacto de Paz”. El encuentro se debe realizar en las fechas de las ferias patronales de cada pueblo participante.

Cuando llega la fiesta patronal de uno de los lugares, los pobladores del vecino traen a su santo patrón a visitarlo en medio de una gran alegría. De esta manera, la comunidad visitada espera la reciprocidad con igual celebración.

 

LA FE RELIGIOSA

La fe religiosa tiene una raíz firme entre la gran mayoría de los hondureños. Es una costumbre ancestral. Generalizada tras la conquista española que trajo acá la religión católica.

Dominical o diariamente se asiste a los oficios religiosos donde se identifican con la presencia en fe con Dios y los santos de su devoción.

Multitudinaria presencia de fieles se da cada 3 de febrero de todos los años en Tegucigalpa. Aún desde la víspera. Se consagra a la venerada imagen de la virgencita de Suyapa, quien según muchísimos testimonios sigue haciendo milagros a sus fieles.

Es toda una verdadera fiesta de fe que viene desde los puntos más remotos para visitarla y agradecerle a la virgencita. El número de visitante crece en cada celebración, ya que la tradición es transmitida por los ancestros a las nuevas generaciones.

Figuran también la del Señor de Esquipulas, la virgen de Candelaria, San Antonio, la virgen de Concepción, entre otros. Estas costumbres son parte del folclor nacional. Representan la idiosincrasia de una población que necesita de la voluntad estatal de conservar sus ancestros y rescatar lo que, por influencias extrañas y desidia nacional, se ha perdido. Parte de una aportación que nos ofrece el Museo del Hombre.

Se dice que los catrachos son muy dados a creer en las supersticiones y hasta en brujos. Son muchas las leyendas que hay de la “Siguanaba”, “la Sucia”, “la Tetona”, “el Cadejo”, “el Duende”, “el Sisimite”, “el Gritón”, entre otros.

También, el hombre de radio y escritor Jorge Montenegro ha puesto lo suyo y poder mantener vigente todo esto a través de sus “Cuentos y Leyendas de Honduras”. Labor que se ha llevado ya al cine.

 

REFRANES Y BOMBAS

Son también parte del folclor catracho. Los refranes. Formas de hablar nuestro, acuñando una serie de frases en relación a alguna acción o acontecimientos populares. Las “bombas”. Aparecen en forma de rimas casi siempre envueltas en piropos para las damitas quienes las devuelven “con creces”.

En los pueblos casi siempre existen personas que son “pelis” (otra expresión popular) para lucirse con ellas, arrancando las risas y los aplausos del público. Los viejos abuelos heredaron la habilidad y tradición a las nuevas generaciones. Así que hay para rato con tal de seguir la “pachanga” en los pueblos.

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